Véto-Pharma La nutrición de las abejas es un tema complejo, pero puede dar excelentes resultados si se hace bien. La alimentación proteica, que sigue siendo poco conocida y rara vez practicada en algunos países, puede dar un verdadero impulso a sus colonias, garantizando una mejor acumulación de reservas durante la primavera, con mejoras potenciales en la producción de miel y el desarrollo de las crías, y lo que es más importante, eliminando las deficiencias que pueden producirse durante la temporada.
El polen contiene, por término medio (¡todos los pólenes son diferentes!), entre un 18 y un 30 % de proteínas. Una colonia necesitará entre 10 y 26 kg de polen al año (Wille et al., 1985). Esto representa una necesidad por abeja de 3,4 a 4,3 mg de proteínas al día, y por larva entre 25 y 37,5 mg (es decir, 125 a 187,5 mg de polen al día) (Hrassnigg y Crailsheim, 2005).
La carencia de proteínas en las abejas puede provocar un desarrollo deficiente de las glándulas hipofaríngeas. Estas glándulas, de nombre un tanto estrafalario, son fundamentales para la producción de jalea real, vital para el desarrollo de la colonia. La jalea real se utiliza para alimentar a las larvas durante sus tres primeros días de vida y también para alimentar a la reina, durante toda su vida. Estas glándulas son, por tanto, responsables de la actividad de la reina, de su aptitud para la producción de huevos y del desarrollo de la cría madura. Si estas glándulas no se desarrollan correctamente, la jalea real de mala calidad resultante puede provocar malformaciones, bajo peso y una reducción de la esperanza de vida de las abejas.
Las proteínas también desempeñan un papel clave en la producción de vitelogenina, que afecta principalmente a las reservas corporales de las abejas. Se encuentra en altas concentraciones en las abejas nodrizas, que la utilizan para producir jalea real, que luego distribuyen a la cría. La vitelogenina se fabrica a partir de las proteínas aportadas por el polen y se metaboliza en las glándulas hipofaríngeas de las que acabamos de hablar. Después se almacena en las reservas de grasa de la abeja, pero también circula por la hemolinfa (que transporta los nutrientes) y el cerebro. En resumen, la vitelogenina interviene en el almacenamiento y la inmunidad, la resistencia al estrés oxidativo, la esperanza de vida, la secreción y la nutrición de la colonia, las reservas, el comportamiento de control, etc. Por tanto, desempeña un papel crucial en el equilibrio de la colonia.
Entonces, ¿cuál es el denominador común entre el correcto desarrollo de la glándula hipofaríngea y unos niveles normales de vitelogenina? Las proteínas, a través del consumo de polen. Así que ahora usted tiene una mejor comprensión de su importancia para el desarrollo de la cría y las abejas en general, durante todo el año.
Las proteínas que consumen las abejas proceden del polen que recogen en su entorno. No todos los pólenes son iguales, y es su variedad lo que permite satisfacer todas las necesidades de las abejas y las larvas.
El polen fresco puede consumirse directamente, pero se hace más fácilmente digerible cuando se transforma en pan de abeja. El pan de abeja se elabora a partir de polen al que las abejas añaden néctar, secreciones glandulares y bacterias lácticas, lo que da lugar a la fermentación. La composición del pan de abeja es muy similar a la del polen fresco, pero con más enzimas y compuestos valiosos. Su mayor valor biológico garantiza que las abejas reciban una dieta equilibrada, evitando posibles carencias. El pan de abeja empieza a deteriorarse significativamente a los dos meses, y las abejas pueden retirarlo de la colmena, a menos que no encuentren suministro de polen fresco.
Fuentes: Sommerville 2005, Vasquez 2009
En condiciones ambientales adversas (falta de polen, falta de variedad de polen o polen de mala calidad), derivadas de la falta de variedad en los cultivos circundantes y/o del mal tiempo, las abejas no pueden encontrar el polen necesario para el correcto desarrollo de la colonia a lo largo del año. Esto provoca deficiencias en las abejas y las larvas. Por tanto, la elección del emplazamiento de sus colmenas desempeña un papel estratégico y no debe tomarse a la ligera. También hay que pensar en adaptar la alimentación en función de la estación y el clima. No hay que limitarse únicamente al aporte de azúcar (glúcidos).
Volvamos ahora al tema principal de este artículo: la alimentación proteica para el despertar primaveral de la colonia.
Aportar proteínas en primavera (antes de la aparición de las primeras flores) crea un círculo virtuoso para toda la colonia. Estudios relativamente recientes han demostrado que los suplementos proteínicos suministrados a las colonias en primavera pueden garantizar el desarrollo de la colonia incluso en condiciones meteorológicas adversas y una mejor cosecha de miel (Mattila y Otis, 2006a). Estos suplementos también pueden reducir los efectos negativos relacionados con el ácaro Varroa (Janmaat y Winston, 2000) y Nosema (Mattila y Otis, 2006b). El aporte de proteínas favorece el desarrollo de las glándulas hipofaríngeas de las abejas y aumenta las reservas de vitelogenina. Esto hace que la reina produzca más huevos (principalmente cría obrera) y jalea real de mucha mayor calidad. La colonia se fortalece más rápidamente y es más operativa para los primeros flujos de néctar. Aumenta la productividad y, por tanto, las reservas de miel y polen, lo que se traduce en mejores reservas invernales… y, por tanto, mejor salud para las nuevas generaciones de abejas de la primavera siguiente (la fuerza de la colonia en primavera depende de las reservas invernales de polen o de la alimentación suplementaria con proteínas).
Sin embargo, preste atención a su suplemento proteínico al inicio de la siguiente temporada, antes de los primeros flujos de néctar (especialmente si fluye néctar de colza): controle el riesgo de enjambrazón y, si es necesario, divida la colonia para evitarlo.
La pregunta que debe hacerse ahora es «en términos prácticos, ¿cómo puedo proporcionar proteínas a mis colonias?». Existen suplementos proteínicos que pueden ayudar a eliminar las carencias. Nada puede igualar la calidad nutricional del polen, pero algunos suplementos de alta calidad se acercan bastante.
1. Para la cría de primavera, recomendamos elegir un pienso que contenga entre un 23 % y un 35 % de proteínas para el desarrollo de la cría y el desarrollo continuado de la colonia (Herbert et al, 1977). ¿Por qué no menos, o más? Se cree que las concentraciones de proteína por debajo del 10 % y por encima del 50 % pueden inhibir el desarrollo de la cría.
El gráfico siguiente (Efectos de los niveles de proteína en la dieta, Zheng et al, 2014) ilustra un estudio realizado con distintas concentraciones de proteína. Se crearon cuatro grupos de 5 colmenas y cada grupo recibió proteína durante 48 días a distintas concentraciones (25 %, 29,5 %, 34 % y 38,5 %). Los investigadores de este estudio pudieron identificar el porcentaje de proteína que daba lugar a la mejor producción de huevos de obrera: 31.7 %. Este gráfico muestra claramente un aumento de la producción de obreras gracias al aporte de proteína, que acaba disminuyendo a concentraciones más elevadas (con un contenido de proteína del 38,5 %, se criaron menos obreras que con un contenido de proteína del 25 %).
2. También recomendamos seleccionar un alimento proteico que contenga los 10 aminoácidos esenciales para las abejas, que éstas no pueden sintetizar por sí mismas (es decir, que deben encontrar en la naturaleza u obtener mediante suplementos). La lista de estos 10 aminoácidos figura en el cuadro siguiente.
3. Las partículas contenidas en el pienso deben ser lo más pequeñas posible, para poder ser digeridas correctamente. Sería una lástima invertir en un pienso que las abejas no puedan consumir y que se desprenda en forma de excrementos. En general, recomendamos un tamaño de partícula inferior a 200 μg. Algunos piensos proteicos de alta calidad ofrecen incluso un tamaño de partícula inferior a 100 μg. ¡Asegúrate de elegir el adecuado!
4. ¡Palatabilidad! A veces nos preguntan por la palatabilidad de las fórmulas de los piensos. Si no atrae a las abejas, no será consumido y, por tanto, será inútil. Si hace mezclas de proteínas «caseras», le recomendamos que pruebe varias recetas y elija la que más consuman sus colonias.
La mejor manera de proporcionar proteínas a sus abejas es preparar «tortas proteínicas». Suelen contener sirope, azúcar glas, un poco de aceite vegetal (para dar palatabilidad y consistencia) y proteínas en polvo. Las proteínas en polvo suelen ser una mezcla de al menos dos proteínas existentes (por ejemplo, levadura de cerveza + proteína de soja). Recomendamos mezclar varias fuentes de proteínas para ofrecer una variedad suficiente de nutrientes. Por ejemplo, la levadura de cerveza, además de aportar proteínas, es una excelente fuente de vitaminas del grupo B, lo que no ocurre con todas las proteínas. A menudo se encuentra una sinergia entre las distintas fuentes de proteínas.
En el comercio existen mezclas en polvo «listas para usar», pero algunos apicultores prefieren hacer sus propias mezclas caseras para ajustar el porcentaje de proteína deseado.
También se comercializan tortas de proteínas ya preparadas, lo que supone menos trabajo para usted. Sin embargo, suelen ser un poco más caras que las mezclas en polvo.
Esperamos que este artículo le haya proporcionado un poco más de información sobre los beneficios de las proteínas para sus abejas y crías y le haya ofrecido algunas directrices prácticas sobre su uso. Volveremos sobre el tema en futuros artículos, ya que la nutrición es un tema muy (¡muy!) amplio. Gracias y hasta la próxima.
Únete a la comunidad Véto-pharma y recibe nuestro boletín trimestral, así como nuestras noticias ocasionales sobre apicultura. Puedes darte de baja en cualquier momento si nuestro contenido no te resulta interesante, ¡y tus datos nunca se transferirán a un tercero!
Síganos
Suivez-nous
© 2019-2024, Véto-pharma. Reservados todos los derechos
