Encuesta revela factores clave de las pérdidas de colonias de abejas en EE. UU.

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Nuevos datos sobre las importantes pérdidas de colonias de abejas en EE. UU. entre junio de 2024 y marzo de 2025 provienen de dos encuestas respondidas por cientos de apicultores profesionales, semiprofesionales y aficionados en todo el país.1

 

Estos resultados arrojan luz sobre las causas subyacentes del colapso de colmenas observado este año. En particular, las prácticas de manejo de los apiarios (incluyendo las estrategias de tratamiento contra Varroa destructor y los protocolos de alimentación), la dinámica estacional y climática, así como otros factores ambientales (plaguicidas), parecen desempeñar un papel relevante según lo declarado por los apicultores.1

1. No hay diferencias entre los usuarios de amitraz y los que han utilizado otros tratamientos

Los datos de dos encuestas realizadas por Project Apis m. (PAm) y la Federación Americana de Apicultura (ABF) muestran que los apicultores profesionales que no especificaron el tipo de acaricida utilizado sufrieron pérdidas de colonias significativamente mayores que los que declararon utilizar productos a base de amitraz, sin amitraz o una combinación de ambos.1  Por otra parte, las pérdidas registradas entre los apicultores que utilizaron únicamente productos sin amitraz fueron similares a las de aquellos que usaron amitraz. Esto sugiere que la resistencia de varroa al amitraz probablemente no sea el factor principal que explique las elevadas pérdidas de colonias.1

La Dra. Claudia Garrido llegó a una conclusión similar en su reciente artículo: «Aquí es donde se pone realmente interesante, sobre todo en relación con el artículo del que hablé la última vez: las pérdidas NO estaban relacionadas con el uso de amitraz. Aunque es ampliamente utilizado por los apicultores profesionales, el tratamiento con amitraz u otro producto no influyó en las pérdidas de colonias. Esto confirma lo que dije en mi anterior publicación: la afirmación de que existe una resistencia generalizada al amitraz no se ve respaldada por esta investigación. En mi opinión, esta afirmación era una enorme sobreinterpretación».

No se observaron diferencias significativas en las pérdidas de colonias entre los apicultores que consideraban que sus tratamientos eran eficaces y los que pensaban lo contrario.1  Esta constatación subraya la importancia de un seguimiento regular y sistemático de  varroa a lo largo de la temporada para evaluar con mayor precisión el impacto de los tratamientos en la supervivencia de las colonias.

Sorprendentemente, la frecuencia de los tratamientos comunicados por los apicultores durante el periodo comprendido entre junio y diciembre de 2024 varió entre 0 y 22 aplicaciones. Incluso entre los apicultores aficionados (de 0 a 21 tratamientos) y los semiprofesionales (de 0 a 16 tratamientos), el número máximo de tratamientos aplicados por algunos apicultores era, en nuestra opinión, sorprendentemente alto. El número medio redondeado de aplicaciones de tratamiento fue de 5 para los apicultores profesionales, 4 para los semiprofesionales y 2 para los aficionados, lo que indica que los apicultores que aplicaron alrededor de 20 tratamientos en 6 meses representaban casos atípicos. Independientemente de los tratamientos utilizados, esta sobreexposición a los principios activos podría estar asociada a riesgos adicionales para la salud de las colonias, como efectos sinérgicos2 entre los diferentes activos, residuos y efectos tóxicos relacionados con una sobredosis. Para futuras investigaciones, podría ser necesario realizar un estudio científico sobre las consecuencias de estas aplicaciones de tratamiento de alta frecuencia con el fin de documentar los efectos de este factor, de forma aislada, sobre la salud y la mortalidad de las colonias.

En general, los resultados de estas investigaciones, directamente relacionados con las estrategias de tratamiento de varroa, confirman las conclusiones anteriores sobre los efectos de las prácticas de gestión de las colmenas en la mortalidad de las colonias. Un estudio longitudinal realizado por Underwood et al. (2023) comparó las estrategias de gestión convencional, ecológica y sin acaricidas durante un periodo de tres años. Reveló que las colonias gestionadas de forma convencional o ecológica presentaban tasas de supervivencia casi tres veces superiores a las gestionadas sin tratamiento, con una producción de miel y un control de patógenos claramente mejores.3

2. ¡La vigilancia de varroa es esencial!

Además, en publicaciones recientes se destaca cada vez más la importancia de la vigilancia regular de varroa como piedra angular de una gestión eficaz de las colonias. Un estudio realizado en 2025 por Boehm Vock et al. reveló que la tasa de crecimiento de la población de varroas en las colonias tratadas pero en las que no se llevaban a cabo recuentos previos de varroas (1,7 al día) era significativamente mayor que la tasa de crecimiento de las varroas en las colonias con recuentos previos y tratamiento (0,5 al día).4  Esta observación respalda firmemente los principios de la gestión integrada de plagas (IPM), según los cuales la vigilancia orienta las intervenciones específicas y su realización en el momento adecuado.4

3. Desnutrición = mayores pérdidas de colonias

En las dos encuestas sobre pérdidas de colonias realizadas por PAm y ABF, los apicultores semiprofesionales (sideliners) que proporcionaron una alimentación complementaria limitada (suplementos proteicos una sola vez y aporte de carbohidratos menos de cuatro veces al año) sufrieron pérdidas más importantes, lo que sugiere que el apoyo nutricional desempeña un papel crucial en la resiliencia de las colonias.1  Esta observación concuerda con un número creciente de estudios que ponen de relieve los efectos nocivos de la malnutrición en la salud de las abejas. Por ejemplo, Castaños et al. (2023) demostraron, mediante análisis lipidómicos y de expresión génica, que el estrés nutricional, en particular las dietas pobres en proteínas, provoca cambios metabólicos en las abejas. Estos cambios incluyen una mayor movilización de lípidos y una alteración de la composición de la grasa corporal, lo que compromete la productividad de las colonias y su supervivencia a largo plazo.5

La disponibilidad de polen diverso y de alta calidad es esencial para la colonia, ya que favorece la función inmunitaria, el desarrollo larvario y la síntesis de proteínas vitales como la vitelogenina, que están relacionadas con la longevidad y la resistencia a las enfermedades (Di Pasquale et al., 2013; Ricigliano et al., 2022).6-7Estos resultados ponen de relieve que la nutrición complementaria, en particular la nutrición proteica durante los periodos de escasez de polen, no es simplemente una medida de apoyo, sino una estrategia esencial para mantener la salud y la resiliencia de las colonias frente a las presiones ambientales y biológicas.

4. El impacto de las condiciones meteorológicas en la supervivencia de las colonias – un factor subestimado

Las preguntas de la encuesta sobre las tasas de pérdida estacionales revelaron que las pérdidas de verano eran predictivas de las pérdidas de invierno, particularmente entre los apicultores comerciales con pérdidas generales consistentemente bajas.1 Por otro lado, los datos también demuestran variabilidad entre las tasas de pérdida de verano e invierno en otras explotaciones apícolas, en lugar de mostrar simplemente altas pérdidas netas en general.¹ Estudios anteriores han encontrado que las pérdidas elevadas en verano a menudo preceden a una alta mortalidad invernal, lo que indica que la salud de la colonia en verano puede ser un fuerte predictor del éxito de la invernada

Por ejemplo, Gray et al. (2024) demostraron que la escasa disponibilidad de recursos alimenticios en verano y los altos niveles de parásitos, en particular Varroa destructor, se asociaban con una disminución de la supervivencia invernal bajo diversas condiciones meteorológicas.8

Además, los otoños e inviernos más suaves, relacionados con el cambio climático, pueden alterar la longevidadde los enjambres invernantes, con un envejecimiento prematuro de las colonias y un aumento de la mortalidad en primavera.8  Identificar las prácticas de gestión o los factores ambientales específicos que han llevado a una disminución general de las pérdidas de colonias en este subgrupo de apicultores profesionales podría proporcionar información valiosa sobre las causas de las elevadas tasas de pérdidas en los Estados Unidos.

Si bien la Varroa fue la causa más citada por todos los apicultores como responsable de las pérdidas de colonias, también se mencionaron con frecuencia otros factores, como los fenómenos meteorológicos regionales y los pesticidas.1  Mientras que los apicultores profesionales mencionaron con mayor frecuencia los pesticidas como posible causa de las pérdidas, los apicultores aficionados citaron más a menudo las condiciones meteorológicas (locales).1

En los últimos años, los investigadores se han interesado cada vez más por los efectos del clima y las condiciones meteorológicas en la salud de las abejas y la supervivencia de las colonias. Calovi et al. (2021) demostraron que las temperaturas estivales y las precipitaciones durante el trimestre más cálido del año anterior eran los mejores indicadores de la supervivencia durante el invierno, lo que pone de relieve la importancia de las condiciones meteorológicas estivales en la resiliencia de las colonias.9  Rajagopalan et al. (2024) utilizaron simulaciones climáticas para demostrar que los otoños e inviernos más suaves pueden desequilibrar la longevidad de los enjambres invernantes en beneficio de las abejas más viejas, lo que aumenta la mortalidad en primavera y conduce al colapso de las colonias.10

Sus resultados también sugieren que el almacenamiento de las colonias en cámaras frigoríficas podría mitigar algunos de estos riesgos relacionados con el clima.9  Frunze et al. (2024) demostraron que las altas temperaturas ambientales a finales del verano y en otoño perturban la transición fisiológica hacia las abejas invernales de larga vida, lo que provoca un envejecimiento prematuro y una menor supervivencia.11

En cuanto al verano y el otoño de 2024, las temperaturas fueron excepcionalmente altas en los Estados Unidos, y algunas regiones sufrieron olas de calor persistentes.12  Las precipitaciones variaron según las zonas: algunas sufrieron sequías, mientras que otras registraron niveles de precipitaciones inusualmente altos.11  Por tanto, no deben descartarse los posibles efectos del clima en la salud de las colonias, asi como en el aumento de las infestaciones por varroa.

5. El efecto cóctel de las mezclas de pesticidas

La exposición a los pesticidas, por el contrario, es más difícil de cuantificar y rastrear debido a la diversidad de compuestos, los métodos de aplicación y su persistencia en el medio ambiente. No obstante, cada vez es mayor su reconocimiento como un factor importante en la mortalidad de las colonias de abejas. A diferencia de varroa o de los fenómenos meteorológicos, los efectos de los pesticidas suelen ser sutiles y acumulativos, e implican una amplia gama de sustancias y vías de exposición.

Estudios recientes han demostrado que incluso dosis subletales de neonicotinoides pueden alterar las funciones neuronales, debilitar el sistema inmunitario y perturbar el comportamiento de pecoreo, lo que debilita la cohesión y la resiliencia de las colonias (Singh y Rana, 2025).13 Estos efectos pueden amplificarse cuando los plaguicidas se presentan en forma de mezclas, como han demostrado Migdał et al. (2023), quienes observaron que las combinaciones de glifosato, acetamiprid y tebuconazol modificaban la actividad de las enzimas encargadas de la detoxificación y aumentaban la mortalidad de las abejas obreras.14

Estos resultados subrayan la necesidad de estrategias integradas de gestión de la tierra y las plagas que tengan en cuenta no solo la toxicidad aguda, sino también los efectos crónicos y sinérgicos de los plaguicidas . Como han demostrado Tsvetkov et al. (2017)15  y Colin et al. (2019)16 la exposición a los plaguicidas en los paisajes agrícolas puede reducir considerablemente la supervivencia de las colonias, especialmente cuando se combina con una mala nutrición y estrés climático.

Conclusión

Las investigaciones realizadas por Project Apis m. (PAm) y la American Beekeeping Federation (ABF) subrayan la importancia de involucrar directamente a los apicultores en los debates sobre las pérdidas masivas de colonias. Sus observaciones y su experiencia sobre el terreno aportan un contexto esencial para interpretar los datos científicos e identificar las amenazas emergentes que pesan sobre la salud de las colonias. Al recopilar información variada sobre las prácticas de gestión, las exposiciones ambientales y las condiciones locales, estas encuestas ofrecen una visión profunda de la naturaleza multifactorial de las pérdidas de colonias. También permiten a los apicultores contribuir a soluciones basadas en datos probados y estrategias adaptadas a los retos a los que se enfrentan. Ante las crecientes presiones, la colaboración entre investigadores y apicultores sigue siendo indispensable para desarrollar enfoques resilientes y sostenibles en favor de la salud de las abejas melíferas.

1-Nearman, Anthony, et al. «Insights from US beekeeper triage surveys following unusually high honey bee colony losses 2024-2025.» bioRxiv (2025): 2025-08.

2-Johnson, Reed M., Henry S. Pollock, and May R. Berenbaum. «Synergistic interactions between in-hive miticides in Apis mellifera.» Journal of economic entomology 102.2 (2009): 474-479.

3-Underwood, Robyn M., et al. «Organic colony management practices are profitable for backyard beekeepers.» Journal of Economic Entomology (2025): toaf133.

4-Boehm Vock, Laura, et al. «Spatiotemporal, environmental, and behavioral predictors of Varroa mite intensity in managed honey bee apiaries.» Plos one 20.8 (2025): e0325801.

5-Castaños, Clara E., et al. «Lipidomic features of honey bee and colony health during limited supplementary feeding.» Insect molecular biology 32.6 (2023): 658-675.

6-Di Pasquale, Garance, et al. «Influence of pollen nutrition on honey bee health: do pollen quality and diversity matter?.» PloS one 8.8 (2013): e72016.

7-Ricigliano, Vincent A., Steven T. Williams, and Randy Oliver. «Effects of different artificial diets on commercial honey bee colony performance, health biomarkers, and gut microbiota.» BMC veterinary research 18.1 (2022): 52.

8-Gray, Darcy, et al. «Effective pest management approaches can mitigate honey bee (Apis mellifera) colony winter loss across a range of weather conditions in small-scale, stationary apiaries.» Journal of Insect Science 24.3 (2024): 15.

9-Calovi, Martina, et al. «Summer weather conditions influence winter survival of honey bees (Apis mellifera) in the northeastern United States.» Scientific reports 11.1 (2021): 1553.

10-Rajagopalan, Kirti, et al. «Warmer autumns and winters could reduce honey bee overwintering survival with potential risks for pollination services.» Scientific Reports 14.1 (2024): 5410.

11-Frunze, Olga, et al. «The effect of seasonal temperatures on the physiology of the overwintered honey bee.» PloS one 19.12 (2024): e0315062.

12-National Centers for Environmental Information (NCEI). «Assessing the US Climate in 2024.» (published: January 10th, 2025) https://www.ncei.noaa.gov/news/national-climate-202413

13-Singh, Gagandeep, and Anita Rana. «Honeybees and colony collapse disorder: understanding key drivers and economic implications.» Proceedings of the Indian National Science Academy (2025): 1-17.

14-Migdał, Paweł, et al. «Biochemical indicators and mortality in honey bee (Apis mellifera) workers after oral exposure to plant protection products and their mixtures.» Agriculture 14.1 (2023): 5.

15-Tsvetkov, Nadejda, et al. «Chronic exposure to neonicotinoids reduces honey bee health near corn crops.» Science 356.6345 (2017): 1395-1397.

16-Colin, Theotime, et al. «Long-term dynamics of honey bee colonies following exposure to chemical stress.» Science of the Total Environment 677 (2019): 660-670.

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