Gestión de enjambres en primavera

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Un evento natural en el ciclo de vida de las colonias de abejas melíferas, el comportamiento de enjambrazón, es un tema recurrente en la apicultura que los nuevos apicultores deben aprender a reconocer y que, con frecuencia, da lugar a alguna anécdota interesante o divertida entre apicultores más experimentados. Muchos apicultores se enfocan principalmente en la «prevención de enjambres«, mientras que otros nunca considerarían manejar este comportamiento. En su lugar, aceptan los beneficios para la salud de las abejas melíferas y la reducción de la población de varroa sin intentar interferir.

Sin importar en qué parte del espectro de “manejo de enjambres” se encuentren los apicultores después de unos años de experiencia: todos deberían ser capaces de interpretar los comportamientos y actividades de sus colonias en primavera para tomar decisiones informadas sobre el nivel de intervención que consideren necesario. Aquí, presentamos una visión general de los indicadores del comportamiento de enjambrazón, posibles intervenciones por parte de los apicultores, así como los beneficios de “dejar que las abejas enjambren”.

1. Despierta el instinto de enjambrazón: primavera, tiempo de reproducción

El instinto de enjambrazón está profundamente arraigado en la biología de las colonias de abejas melíferas. Como una forma natural de reproducción a nivel de colonia, la enjambrazón asegura la supervivencia y expansión de la especie. Se desencadena por una combinación de factores internos —como el crecimiento de la población, cambios feromonales y la edad o fertilidad de la reina— así como señales ambientales, como el aumento de las horas de luz y la disponibilidad de recursos.1 A medida que la coloniacrece, las señales feromonales de la reina pueden volverse menos eficaces para mantener la cohesión entre la gran cantidad de obreras. Esta menor cohesión dentro de la colmena inicia una serie de comportamientos que culminan en la preparación para enjambrar.2

Dentro de la colmena, el inicio de la enjambrazón se manifiesta con varios comportamientos distintivos.3 Las abejas obreras comienzan a construir celdas reales, estructuras especializadas que se asemejan a cáscaras de maní, donde se crían nuevas reinas. Al mismo tiempo, la reina puede reducir su ritmo de puesta de huevos y las abejas exploradoras comienzan a investigar el entorno en busca de posibles nuevos sitios para establecerse.

La colmena se convierte literalmente en un centro de actividad de toma de decisiones, mientras las abejas evalúan cuándo y dónde dividir la colonia.4 Estas decisiones colectivas no son dirigidas centralmente, sino que emergen de complejos comportamientos grupales y sistemas de comunicación como la “danza del meneo” (waggle dance) y la “carrera zumbante” (buzz-run).3

Para los apicultores, comprender el instinto de enjambrazón es esencial. No solo es una necesidad biológica para la colonia, sino también un proceso social sofisticado que refleja la salud y vitalidad del enjambre. La enjambrazón representa tanto un riesgo —por la posible pérdida de abejas— como una oportunidad para formar nuevas colonias y observar uno de los comportamientos cooperativos más notables de la naturaleza.1

2. Detectar indicadores tempranos de enjambrazón

Para prevenir el posible caos de un enjambre repentino, es fundamental detectar las primeras señales del comportamiento de enjambrazón. Al observar cuidadosamente los cambios sutiles en la colmena, los apicultores pueden decidir intervenir a tiempo, ya sea ampliando la colmena o dividiendo la colonia antes de que las abejas se marchen. El signo más fiable de una enjambrazón inminente es la presencia de celdas reales. Encontrar celdas reales en la colmena, especialmente cuando ya están operculadas, indica que la colonia se está preparando para enjambrar. Los apicultores deben actuar de inmediato, inspeccionando los cuadros y determinando si las abejas han iniciado por completo el proceso de cría de una nueva reina.5

A partir de ahí, pueden decidir si la eliminación de la celda real, combinada con la adición de espacio adicional a la colmena o la división de la misma, será eficaz para evitar la enjambrazón. No se recomienda eliminar todas las celdas o las copas reales si esta es la única medida que se toma para prevenir el enjambre. Si la colonia ya ha tomado la decisión de enjambrar, actuar de esta manera puede resultar en una colonia sin reina.6

 Otro indicador clave es la congestión de la colonia. A medida que la población de la colmena crece en primavera, el espacio disponible para la cría, las reservas de alimento y las propias abejas se vuelve limitado. La falta de espacio en la colmena puede desencadenar la enjambrazón. Las abejas necesitan suficiente espacio para que la reina continúe poniendo huevos y para que las obreras almacenen néctar y polen. Si la colonia comienza a sentirse sobrepoblada, las abejas empezarán a prepararse para dividirse. Para abordar esto, los apicultores pueden añadir espacio adicional insertando cuadros vacíos o alzas para aliviar la congestión.7

 El comportamiento de las abejas obreras también puede indicar un enjambre en desarrollo. Una mayor actividad, inquietud y salidas frecuentes de la colmena son señales de que las abejas se están preparando para la mudanza. Uno de los comportamientos más notorios es la “carrera zumbante” (buzz-run), que es el preludio de la salida del enjambre. Se trata de una forma de comunicación entre abejas, donde las exploradoras comienzan a buscar un nuevo sitio, mientras las obreras se preparan para el éxodo. Este comportamiento suele observarse en los días previos a la enjambrazón, y es crucial que los apicultores noten este cambio en la dinámica de la colmena.3

 Los cambios en el patrón de puesta de la reina representan otra señal clara de que un enjambre está por llegar. A medida que la colonia se prepara para dividirse, la reina puede reducir su producción de huevos, lo que lleva a una disminución en la población general de crías. Cuando esto se combina con el hacinamiento y las celdas reales, es una indicación clara de que el enjambre es inminente. Las inspecciones regulares de la colmena en primavera te ayudarán a detectar estas señales y te permitirán actuar antes de que las abejas decidan irse.8

 Los apicultores también deben observar el momento de la enjambrazón. Si bien los primeros signos de enjambrazón suelen aparecer a finales de primavera cuando la colonia crece, algunas colmenas pueden comenzar a mostrar señales incluso a principios de primavera, especialmente si hay una corriente temprana de néctar o un clima inusualmente cálido. Las abejas pueden responder rápidamente a las condiciones ambientales, por lo que es fundamental inspeccionar las colmenas regularmente al inicio de la temporada, especialmente cuando el clima cambia. Gestionar proactivamente las condiciones de la colmena desde temprano puede reducir la probabilidad de un enjambre no planificado.7

Un aumento en el número de zánganos en la colonia también sirve como indicador de que el enjambre puede estar cerca. Los zánganos son abejas macho cuyo papel principal es copular con una reina durante la enjambrazón, y generalmente aparecen en la colmena a medida que la colonia comienza a prepararse para las actividades reproductivas. Un aumento repentino en la actividad y presencia de zánganos puede sugerir que la colonia está cerca de entrar en su fase de enjambrazón.2 Los apicultores deben monitorear la población de zánganos durante este tiempo para poder evaluar la línea de tiempo reproductiva de la colonia y actuar en consecuencia para evitar un enjambre no deseado.

3. No hay marcha atrás: cuando has pasado por alto las primeras señales

Si no detectas las primeras señales de enjambrazón, el proceso generalmente se desarrollará rápidamente, y es posible que haya poco que puedas hacer para evitarlo una vez que las abejas hayan comenzado a prepararse para la división. Aunque el enjambre es una parte natural y saludable del ciclo de vida de la colonia, los apicultores que se centran en la producción de miel pueden encontrar que la pérdida de parte de su población productiva es perjudicial. Sin embargo, no todo está perdido. Incluso una vez que las abejas comienzan el proceso de enjambrar, todavía existen algunas estrategias para mitigar el impacto.

Si el enjambre aún no se ha ido, considera dividir la colmena. Esto implica dividir la colonia en dos colmenas separadas, retirando parte de la cría, abejas y, posiblemente, una célula real para crear una nueva colonia. Dividir la colmena evitará que las abejas se enjambren por completo, ya que estarán más enfocadas en adaptarse a su nueva situación. Esta acción también ayuda a reducir la probabilidad de enjambres futuros al proporcionar más espacio para que las abejas prosperen.1 

Si las abejas ya han enjambrado, el primer paso es inspeccionar la colmena en busca de células reales restantes. Una nueva reina es esencial para la supervivencia de la colonia, y su presencia ayudará a mantener productivas a las abejas restantes. Si no hay células reales presentes o si la colmena parece débil, puede ser necesario realizar un reemplazo de reina. Introducir una nueva reina puede ayudar a reenfocar los esfuerzos de la colonia y evitar que las abejas se enjambren nuevamente.9

Además, incluso si las abejas ya han enjambrado, las primeras acciones tomadas después del evento pueden ayudar a revivir la colmena restante. Las colonias que ya han enjambrado aún tienen potencial para recuperarse. Pronto emergerán nuevas reinas y comenzarán a poner huevos, lo que permitirá que las abejas restantes reconstruyan la colonia. Sin embargo, incluso después de que las abejas hayan enjambrado, algunos apicultores sostienen que permitir que la colonia experimente el comportamiento de enjambre de manera natural es beneficioso para la salud a largo plazo de la colonia: al practicar una intervención limitada, los apicultores podrían reducir su impacto sobre el ciclo natural de reproducción, mientras gestionan la colonia de manera que beneficie tanto a las abejas como al apicultor.10

4. Recogida de enjambres

Cuando las abejas se enjambran, generalmente dejan la colmena y se agrupan en un objeto cercano, como una rama de árbol, un poste de cerca o incluso un edificio cercano.11 Para los apicultores, capturar estos enjambres es una excelente oportunidad para expandir su apiario sin tener que comprar nuevas abejas. La recogida de enjambres requiere algo de paciencia y habilidad, pero con las herramientas adecuadas, puede ser un proceso sencillo.

Para comenzar, localiza cuidadosamente el enjambre y observa su comportamiento. Cuando las abejas están en el enjambre, normalmente están calmadas y agrupadas, esperando que las abejas exploradoras encuentren un nuevo hogar. Acércate lentamente al enjambre y usa movimientos suaves para evitar perturbar demasiado a las abejas. Es esencial usar equipo de protección, como una careta, guantes y un traje, para evitar picaduras. Incluso si las abejas parecen tranquilas, siempre prepárate para movimientos repentinos. También es importante tener en cuenta las condiciones ambientales: las abejas pueden estar más agitadas en clima ventoso o lluvioso, por lo que es mejor esperar a que el clima esté despejado siempre que sea posible.

Una vez que estés listo para recuperar el enjambre, utiliza una caja para enjambres o una colmena con cuadros para albergar las abejas. Corta cuidadosamente la rama o sacude el enjambre en la caja. Es importante asegurarte de que la reina esté en la caja, ya que ella es la figura central que mantiene unido al enjambre. Si la reina es capturada, el resto de las abejas la seguirá y el enjambre se establecerá en la nueva colmena.12 Al sacudir las abejas en la caja, sé suave pero firme, ya que las abejas pueden intentar aferrarse a la superficie. Si el enjambre está particularmente alto, es posible que necesites una escalera o un poste largo para capturarlo de manera segura. Asegúrate de que la escalera esté estable y segura antes de subir, ya que caerte podría causar lesiones tanto a ti como a las abejas.

Si el enjambre está en un área alta o de difícil acceso, es importante tener las herramientas adecuadas a mano, como una podadora de mango largo para cortar ramas o una aspiradora para abejas que recoja suavemente las abejas en un recipiente. No uses métodos forzados como rociar el enjambre con agua o pesticidas, ya que esto podría dañar a las abejas y aumentar el riesgo de ser picado. Algunos apicultores utilizan un cebo para enjambres, un tipo de spray de feromonas o aroma, para animar a las abejas a moverse hacia la caja de recogida si no son fácilmente accesibles.13 

Después de asegurar el enjambre en la caja, colócala en un área protegida, permitiendo que las abejas se calmen y se ajusten a su nuevo hogar. Es una buena idea cubrir la caja con un paño para mantenerla oscura y tranquila durante las primeras 24-48 horas. Esto reduce las posibilidades de que las abejas intenten volar fuera inmediatamente. Una vez que se asienten, abre la caja y revisa para asegurarte de que la reina esté presente y poniendo huevos. Continúa monitoreando la nueva colonia durante las siguientes semanas para asegurarte de que se están adaptando bien.13

En cuanto a la seguridad, asegúrate de manejar las abejas con cuidado y tener siempre un botiquín de primeros auxilios cerca. Las picaduras de abejas pueden tratarse quitando el aguijón lo antes posible, aplicando una compresa fría y tomando un antihistamínico si es necesario. Si eres alérgico a las picaduras de abejas o no estás seguro de tu estado alérgico, siempre usa equipo de protección y considera llevar un inyector de epinefrina (EpiPen) cuando trabajes con abejas.14 Además, evita usar ropa oscura o perfumes fuertes, ya que estos pueden atraer a las abejas y hacerlas sentir amenazadas. La recogida adecuada de enjambres requiere tanto habilidad como precaución, pero con práctica, puede convertirse en una parte gratificante de la apicultura.

5. ¿Tiene sentido la “prevención de la enjambrazón”?

La prevención de la enjambrazón sigue siendo un tema importante de discusión en las comunidades apícolas, especialmente en las operaciones comerciales donde la producción de miel es una prioridad. La enjambrazón provoca una pérdida de abejas obreras, lo que afecta significativamente la capacidad de forrajeo y puede reducir el rendimiento de miel. Para mitigar los riesgos asociados a la enjambrazón, los apicultores suelen emplear diversas técnicas de manejo, como proporcionar espacio adicional en la colmena, dividir colonias o introducir nuevas reinas. Estas prácticas tienen como objetivo reducir la probabilidad de sobrepoblación, uno de los principales desencadenantes de la enjambrazón.1 En algunos casos, los apicultores utilizan métodos artificiales como excluidores de reinas o inspecciones periódicas de las cámaras de cría para identificar cuándo la colonia está próxima a enjambrar y actuar antes de que las abejas se vayan. Estos esfuerzos ayudan a mantener una fuerza laboral constante, especialmente durante los meses críticos de primavera, cuando el flujo de néctar es abundante.1

Sin embargo, evitar la enjambrazón por completo puede no ser siempre beneficioso para la salud de la colonia. La enjambrazón es una parte natural del ciclo reproductivo de las colonias de abejas melíferas, ya que garantiza la diversidad genética y el establecimiento de nuevas colonias. Sirve como un mecanismo crucial para la dispersión colonial, permitiendo a las abejas colonizar nuevas áreas y expandir su población. Al prevenir la enjambrazón, los apicultores corren el riesgo de obstaculizar el proceso reproductivo natural de las abejas y, sin querer, reducir la vitalidad general de sus colonias. La diversidad genética es particularmente importante para mejorar la capacidad de adaptación de la colonia frente a presiones ambientales como infestaciones de plagas, resistencia a enfermedades y variabilidad climática.15

Además, hay evidencia que sugiere que las colonias a las que se les permite enjambrar de forma natural experimentan niveles más bajos de estrés. El manejo constante de una colonia para evitar la enjambrazón puede crear inestabilidad en la colmena, lo que conduce a una mayor mortalidad de abejas obreras y una menor eficiencia en el cuidado de la cría. La enjambrazón natural puede reducir la congestión dentro de la colmena, proporcionando a la colonia más espacio para forrajear, criar y almacenar recursos sin el estrés adicional del hacinamiento.10

Las colonias que enjambran, a menudo se rejuvenecen y pueden centrarse de manera más eficiente en mantener una fuerza laboral sólida para las temporadas siguientes. Para los apicultores que priorizan la sostenibilidad y la salud a largo plazo de la colonia, permitir la enjambrazón puede resultar en una colmena más saludable, capaz de realizar una polinización más eficiente, resistir enfermedades y producir miel de forma más sostenida a lo largo del tiempo.16

Si bien las técnicas de manejo de la enjambrazón pueden beneficiar a quienes se enfocan en los rendimientos de miel y en reducir la disminución poblacional o las pérdidas de colonias durante la temporada, no siempre son la mejor solución para promover la salud de las abejas. Los apicultores deben considerar sus objetivos generales al decidir si permitir o no que ocurra la enjambrazón natural. Algunos pueden optar por un enfoque intermedio que equilibre el comportamiento natural de las abejas con sus propios objetivos productivos. Por ejemplo, algunos pueden permitir la enjambrazón en ciertos casos pero intervenir activamente cuando parezca que la colonia está en peligro de perder demasiadas abejas. Otras estrategias podrían incluir divisiones parciales y la cría de reinas, lo cual puede mantener la diversidad genética sin afectar significativamente la producción de miel. Como ocurre con muchos aspectos de la apicultura, la decisión de prevenir o permitir la enjambrazón depende de la filosofía individual del apicultor y de la salud a largo plazo de la colmena.2

Referencias:

 

  1. Grozinger, Christina M., Jessica Richards, and Heather R. Mattila. «From molecules to societies: mechanisms regulating swarming behavior in honey bees (Apis spp.).» Apidologie 45 (2014): 327-346. 
  2. Seeley, T.D. (2010). The Wisdom of the Hive: The Social Physiology of Honey Bee Colonies. Harvard University Press. 
  3. Seeley, T.D. (2007). Honeybee Democracy. Princeton University Press. 
  4. Rangel, Juliana, Sean R. Griffin, and Thomas D. Seeley. «An oligarchy of nest-site scouts triggers a honeybee swarm’s departure from the hive.» Behavioral Ecology and Sociobiology 64.6 (2010): 979-987. 
  5. Rittschof, D., & Seeley, T.D. (2008). «The Dynamics of Honeybee Swarming.» Insectes Sociaux. 55(4): 313-320. 
  6. Evans, D. (2020). The Apiarist: Principles of Swarm Control. Principles of swarm control. 
  7. Rangel, J., & Seeley, T.D. (2008). «Swarming Behavior in Honey Bees: Causes and Consequences.» Bee Culture. 12(6): 48-58. 
  8. Oliver, G. (2015). «Beekeeping: An Overview of Colony Management.» American Bee Journal. 155(5): 23-27. 
  9. Repasky, R. (2016). «Queen Rearing for Beginners.» Beekeeping for Beginners. 6(3): 89-91. 
  10. Seeley, T.D., & Buhrman, S.C. (1999). «Group Decision Making in Honey Bees: When to Swarm.» Science. 285(5435): 11-17. 
  11. Schultz, Kevin M., Kevin M. Passino, and Thomas D. Seeley. «The mechanism of flight guidance in honeybee swarms: subtle guides or streaker bees?.» Journal of Experimental Biology 211.20 (2008): 3287-3295. 
  12. Rickitt, S. (2021). Swarm Collection: A Step-by-Step Guide. BEE World. 
  13. University of Florida Institute of Food and Agricultural Sciences (UF/IFAS). Best Management Practices for Live Bee Removals in Florida: A Beekeeper’s Guide. ENY-2052/IN1297, UF/IFAS, 2021. 
  14. Solomon, M., et al. (2016). Bee Safety and Management Strategies. Springer. 
  15. Tarpy, David R. «Genetic diversity within honeybee colonies prevents severe infections and promotes colony growth.» Proceedings of the Royal Society of London. Series B: Biological Sciences 270.1510 (2003): 99-103. 
  16. Mattila, Heather R., and Thomas D. Seeley. «Genetic diversity in honey bee colonies enhances productivity and fitness.» Science 317.5836 (2007): 362-364. 

 

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